Tema del congreso
Pueblos en movimiento: un nuevo diálogo en las ciencias sociales
Presentación
Al proponer nuestra candidatura, adelantamos el tema que convocaría al ALAS 2015 en Costa Rica: Pueblos en movimiento: un nuevo diálogo en las ciencias sociales.
Entre los principales desafíos para las ciencias sociales latinoamericanas, está el de comprender mejor la particular naturaleza de las nuevas luchas sociales, descolonizando la mirada, para vernos con ojos propios (Quijano). Esto se hace más necesario porque la teoría social pareciera encontrar límites para interpretar nuestras realidades. Uno de estos límites ha sido señalado por el intelectual aymara J.J. Bautista quien considera que conforme el capitalismo fue avanzando, construyó sociedad pero destruyó comunidad. La teoría de los movimientos sociales, como otras, encuentra un límite para entender los movimientos comunales o las resistencias indígenas.
Desde los años 80 y 90 del siglo XX aparecieron acciones colectivas, movimientos sociales, luchas comunales, con autonomía de los partidos políticos y con características distintas de los movimientos sociales clásicos, tales como ser luchas en el campo cultural, con reivindicaciones identitarias, prefigurando un cambio de paradigma hacia uno que privilegia lo cultural (Touraine). Las luchas feministas, de indígenas, afrodescendientes, medioambientales, entre otras, han sido multidimensionales. Comentan Mónica Bruckmann y Theotonio Dos Santos: “Los movimientos sociales empiezan así a romper con toda la ideología de la modernidad como forma superior y como única expresión de la civilización. Este enfoque ha dado una fuerza muy especial a los movimientos sociales al presentarlos como fundamento de un nuevo proceso de civilización pluralista, realmente planetario, post-racista y post-colonial quizás post-moderno”.
Más allá de la categorización de esas luchas como movimientos sociales, resuenan las palabras de Gladys Tzul, maya k’iché de Guatemala, al considerar que las teorías de los movimientos sociales no dan cuenta de lo que sucede; por eso proclama:“¡No somos un movimiento social, somos pueblos en movimiento!”
El siglo XXI arranca con formas diversas de lucha social en las escalas comunal, regional y global, y la reaparición de sus demandas emerge como fuerte resistencia a los embates del neoliberalismo. En algunos países del Sur del continente americano, proponen alternativas sociales (Ecuador, Bolivia). En otros (Brasil, Chile) las tomas de las calles “apuntan hacia preocupantes desfases entre la gobernabilidad y sus nuevas demandas sociales” (P.H.Martins). Todas estas luchas se dan en contextos de restricción de la satisfacción de las demandas porque, por un lado, el neoliberalismo impactó la relación Estado-sociedad, al limitar la acción distributiva e interventora del Estado y, por otro lado, el modelo económico conlleva prácticas neo-extractivistas que atentan contra la vida comunitaria de muchas poblaciones originarias.
Hoy día el extractivismo es tan exacerbado, que el sociólogo Gudynas considera que debe emplearse una palabra más impactante: la “extrahección”, en la cual la apropiación de recursos naturales se hace desde la imposición del poder y violando los derechos de los seres humanos y de la Naturaleza. Ante la imposibilidad del Estado de responder a múltiples demandas de la población, se ha implementado una estrategia de control social represivo que pretende inmovilizar las luchas por los derechos, la cual ha venido acompañada por la legitimación que han orquestado las empresas de los medios masivos de comunicación, en desmedro de los procesos democráticos de comunicación e información.
Su estrategia es presentar cualquier lucha por derechos como delito y mostrar a quienes promueven o lideran esas luchas, como delincuentes. Es la criminalización de la protesta social. Pero también la forma de pretender acallar el reclamo de los pueblos que se levantan.
Es este el marco de realidad en el que las ciencias sociales latinoamericanas deben repensarse, entablando nuevos diálogos. ALAS 2015 será el espacio idóneo de encuentro académico, intercambio y diálogo.
En el logo del congreso nos acompaña el colibrí, en cuya fragilidad está la fortaleza del dios bribri Sibö. Cuando Sibö está en problemas, se transmuta en colibrí. El colibrí anuncia el triunfo del bien sobre el mal, augura las buenas nuevas. Puesto que queremos que ALAS contribuya a desarrollar una ciencia social capaz de contribuir en la transformación de la realidad latinoamericana, lo haremos con la fuerza de las alas del colibrí.
Dra. Nora Garita
Presidenta comité organizador XXX congreso
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