El clientelismo hace referencia a la relación que existe entre las clases populares y la política donde hay un intercambio entre el voto y un favor material o inmaterial. En este corto de investigación, Jorge Alejandro Vázquez Arana, doctor en Ciencias Sociales por la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, ofrece una perspectiva innovadora sobre el fenómeno del clientelismo en México, desafiando las interpretaciones tradicionales que lo han reducido a un esquema simplificado de manipulación política. En su análisis, Vázquez no sólo pone en duda las concepciones populares del clientelismo como una forma de extorsión, sino que también se adentra en los matices y complejidades de la intermediación política en las colonias populares, revelando la diversidad de relaciones de poder que existen en ellas.
El clientelismo como objeto de estudio
Para este trabajo, el investigador estudió dos colonias populares en la zona metropolitana del Valle de México: San Gerónimo y Chimali, nombradas así para proteger la identidad de sus sujetos de estudio. Sus observaciones lo llevaron a identificar que, en San Gerónimo, surge a mediados de los 80, de una organización espontánea de vecinos que buscaban servicios urbanos a través del contacto directo con el municipio. Por el otro lado, Chimali fue fundada debido a la venta de terrenos de Antorcha Popular, cuya organización es emblemática por el clientelismo político en el país. Esta diferencia en los orígenes de ambas colonias es una marca fundamental en su trabajo político y las formas de intermediación que se generan.
Vázquez destaca que, contrario a la visión simplista del clientelismo, las relaciones políticas en estas colonias no son unívocas ni lineales. En San Gerónimo, la intermediación es personalizada, basada en relaciones cercanas entre los vecinos y sus representantes, quienes se encargan de la gestión de servicios y recursos en beneficio de la comunidad. Los intermediarios son valorados en función de sus destrezas y habilidades de negociación con el municipio. En cambio, en Chimali, la intervención es mayormente despersonalizada, ya que los vecinos dependen de los activistas de Antorcha Popular para gestionar sus demandas, lo que genera una dinámica de confianza en la organización, pero también de desmovilización cuando la organización pierde fuerza.
Vázquez examina las diferentes estructuras de mediación, así como las dimensiones morales y simbólicas que atraviesan estas relaciones. En San Gerónimo, los líderes que logran gestionar eficazmente las relaciones con el municipio son percibidos como “los que se las saben”, pero también se les puede condenar moralmente si son percibidos como politiqueros que sólo buscan su propio beneficio. Mientras que en Chimali, la confianza se deposita en la organización, pero la moralidad está ligada al cumplimiento de los acuerdos por parte de Antorcha, lo que lleva a una menor participación activa de los vecinos en la política local.
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