Si bien los procedimientos de acceso al poder, que son materia de disputa y de negociación en las transiciones, están generalizados en América Latina, y son objeto de los menores conflictos, las formas de ejercicio del poder, en las cuales reside la calidad de la democracia, se encuentran en proceso de reajuste y, en algunos casos, de definición. Este libro pretende dar cuenta de ello. De diferentes maneras, los autores de los capítulos reunidos aquí buscan identificar los obstáculos para la institucionalización de las reglas que garanticen las libertades y la equidad propias de una democracia avanzada, así como las dificultades para dotar al régimen democrático de la capacidad para resolver problemas.
Su materia de observación representa la diversidad de procesos en la región, e incluye, por ejemplo, las alianzas y los conflictos en torno del proyecto zapatista en México, la experiencia kirchnerista en Argentina y la protesta social en Perú. Sus temas de reflexión abarcan los equilibrios y los controles entre los poderes; las atribuciones y las responsabilidades de los órdenes de gobierno; la jerarquización coherente de leyes, reglamentos y normas secundarias; los papeles de los partidos, la acción civil y el estado de la opinión pública; las formas de liderazgo. En conjunto, ofrecen un diagnóstico sobre las tensiones de la democracia que apunta a dos tipologías de desafíos para la democracia, una de déficits de los sistemas políticos y otra de errores de los actores.
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