Charles Tilly sobre violencia colectiva, política contenciosa y cambio social

Charles Tilly sobre violencia colectiva, política contenciosa y cambio social

Ernesto Castañeda y Cathy Lisa Schneider
Editores

Título publicado por el Instituto de Investigaciones Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México

Puedes adquirir esta obra en la librería del IIS-UNAM

Presentación

Jorge Cadena-Roa[1]

Charles Tilly es uno de los científicos sociales más importantes y prolíficos de la segunda parte del siglo XX y principios del XXI. Sin embargo, aún es poco conocido en nuestro medio a pesar de haber hecho contribuciones en varios campos de estudio de la acción colectiva, las protestas, los movimientos sociales, las revoluciones, los procesos de cambio social y construcción de Estados (state making), democracia, desigualdad, violencia política, migraciones, raza y etnicidad, así como en los problemas teóricos y metodológicos de la investigación social, histórica y comparativa: narrativas, explicaciones, mecanismos causales, análisis político-contextual.

SOCIOLOGÍA E HISTORIA

Su obra abarca los campos mencionados, pero puede afirmarse que se encuentra a caballo entre la Sociología, que busca encontrar regularidades, elaborar modelos, proponer generalizaciones, desarrollar, probar, refinar y refutar teoría, por un lado y, por el otro, la historia, que busca dar cuenta de cómo se desenvolvieron diferentes procesos en tiempos y lugares específicos, sin necesariamente proponer generalizaciones ambiciosas. La disposición de la Sociología histórica comparativa, en la que se ubican algunas de las obras más influyentes de Tilly, propone desarrollar generalizaciones, y por ello se distancia de las prácticas más ideográficas de la historia. Pero si hay algo característico en su obra, es precisamente desmontar dicotomías excluyentes. Lo suyo era descubrir, en la historia, las regularidades, relaciones y mecanismos que permitieran proponer o refutar generalizaciones audaces susceptibles de ponerse a prueba en rondas sucesivas de investigación empírica. En lugar de proponer modelos abstractos y ponerlos a prueba en la investigación histórica, Tilly partía de preguntas generales acerca del cambio social, por ejemplo, e investigaba con oficio de historiador en los registros del pasado.

Las fronteras temáticas y disciplinarias no contenían su curiosidad. Para Tilly, las preguntas de investigación, la evidencia y los datos daban los criterios para involucrar conocimientos y teorías de diferentes procedencias, incluso externas a las ciencias sociales. En “Democracy Is a Lake” Tilly (1995a) se pregunta, ¿cuánto tiempo tarda en formarse una democracia? ¿Tanto como un yacimiento de petróleo o tanto como diseñar un jardín? Su respuesta es que la formación de una democracia requiere de un periodo intermedio entre esos dos extremos, aproximadamente tanto tiempo como la formación de un lago natural, siglos, y la formación de un lago artificial como resultado de la construcción de una presa. Así, las democracias consolidadas han sido resultado de procesos seculares de lucha y negociación que han dado lugar a la construcción de instituciones representativas de una ciudadanía amplia, relativamente igual, en las que se registran periódicamente procesos de consulta vinculante con respecto a los representantes, así como las políticas públicas que emprenden, y se han edificado protecciones contra acciones arbitrarias del Estado. Sin embargo, las democracias pueden construirse en periodos más cortos mediante la creación de instituciones cuyos propósitos son esos. En cualquiera de los dos casos, las democracias requieren de mantenimiento continuo, sus avances pueden revertirse y abrir procesos de des-democratización (Tilly, 2007b).

Para Tilly, la buena Sociología toma en serio a la historia y la buena Sociología política toma en serio más que la historia política, pues para salir de la jaula del presente debe considerar cómo afectan los procesos políticos el tiempo y el lugar. Para ello se requiere identificar mecanismos causales robustos y comprender cómo operan en diferentes interacciones, tiempos y lugares (Tilly, 2002: 567).

La importancia de tomar en cuenta las variaciones de tiempo y lugar es un leitmotiv que aparece y se repite desde las primeras publicaciones de Tilly. Un espléndido desarrollo de esta perspectiva se encuentra en el libro colectivo que coordinó con Robert E. Goodin, The Oxford Handbook of Contextual Political Analysis (2006). En ese volumen, los coautores se preguntan si para el estudio de la política importan la filosofía, la psicología, las ideas, la cultura, la historia, el lugar, la población, la tecnología. La respuesta es breve y clara: it depends, depende (Tilly y Goodin, 2006). Con elegancia y trazo simple se deslindan de quienes en la Ciencia Política y la Sociología buscan leyes generales, válidas para todo tiempo y lugar y sostienen que el contexto en el que se desarrollan los procesos políticos afecta su trayectoria y resultados. Sin embargo, esos contextos son susceptibles de un análisis sistemático que distinga, 1) la forma en que el investigador entiende los procesos políticos, 2) la evidencia disponible para su análisis, 3) cómo se desarrollan los procesos mismos, su trayectoria.

No obstante, la importancia del contexto, lejos de quedarse en las particularidades de cada caso, en su obra Tilly comparó procesos que se desarrollaron a lo largo de periodos muy prolongados, en países con grandes diferencias económicas, sociales, políticas, culturales. Con base en la historia europea, estudió la relación entre coerción, capital y formación de Estados entre el año 990 y  1990 (Tilly, 1990a), los Estados y el nacionalismo entre 1492 y 1992 (Tilly, 1994) y las revoluciones en ese mismo periodo (Tilly, 1993c), la dinámica entre contención y democracia entre 1650 y 2000 (Tilly, 2004a), los repertorios de contención (Tilly, 1993b) y la parlamentarización de la contención en Gran Bretaña entre 1758 y 1834 (Tilly, 1997b) y los movimientos sociales entre 1768 y el 2008 (Tilly y Wood, 2009). Uno de sus trabajos metodológicos más notables e influyentes se refiere precisamente a cómo hacer grandes comparaciones entre estructuras enormes y procesos prolongados (Tilly, 1984).

OBRA EN CONTINUA REVISIÓN

Su obra es sumamente extensa, voluminosa y difícil de conseguir. Algunos de sus libros más citados están agotados desde hace tiempo y nunca fueron reeditados. Tal vez eso se debe a que, como dicen Castañeda y Schneider en la introducción de esta antología, cada obra nueva era concebida como una revisión y crítica de la anterior. The Vendée (1964) presenta la revisión y crítica de su tesis doctoral. Quizá por eso no le interesaba reimprimir sus primeras obras que, al menos en algún aspecto, habían sido revisadas en su obra posterior.

Sin embargo, con un poco de suerte se pueden conseguir ejemplares de segunda mano de algunos de sus primeros libros, como From Mobilization to Revolution (1978), una de sus obras más citadas, pues influyó en la adopción de variables sociopolíticas, en lugar de las psicológicas que dominaban el estudio de los movimientos sociales hasta finales de los años setenta del siglo pasado (McAdam, McCarthy y Zald, 1988). Esa obra forma parte de los cimientos del nuevo paradigma que rompió con la “ciencia normal” (Kuhn, 1982) sobre comportamiento colectivo practicada hasta entonces y que se centraba en el origen de los movimientos y en las características psicológicas de los individuos que participaban en ellos. Como el comportamiento colectivo era considerado irracional, su estudio se dejaba en manos de los psicólogos sociales que estaban mejor entrenados para comprender lo irracional (Gamson, 1975: 133) y las actividades racionales, orientadas por intereses, eran estudiadas por la Economía y la Ciencia Política. De acuerdo con McAdam y Tarrow (2013), “la figura clave cuya obra vinculó la política institucional con la política de los movimientos sociales fue, desde el principio, Charles Tilly” (posición 6383). Para Tilly, ambas formas de política, institucional y contenciosa, se co-constituyen mutuamente, no son entidades independientes, sino interdependientes.

From Mobilization… es una de las obras sobre las cuales se levantó la teoría de movilización de recursos (McCarthy y Zald, 1973; McCarthy y Zald, 1977). Otra referencia que permitió romper con el paradigma dominante fue la teoría de la elección racional proveniente de la ciencia económica (Olson, 1965), que planteaba que actores racionales no contribuirían a la producción de bienes colectivos a menos que tuvieran un incentivo diferente a la producción de ese bien. La otra idea que contribuyó a superar el paradigma anterior fue la crítica a la noción de conflicto como condición suficiente para el surgimiento de movimientos sociales (Oberschall, 1973), y la necesidad de elaborar una teoría de la movilización que diera cuenta de por qué, cuándo, en qué condiciones y cómo los individuos racionales participan en movimientos sociales y definen algún problema que los agobia en términos de agravios remediables mediante acción colectiva.

Así, el nuevo paradigma científico para el estudio de los movimientos sociales los entendía como conductas normales, racionales, orientadas a fines, que podían ser explicadas por factores organizacionales y sociopolíticos: los movimientos sociales están conformados por organizaciones de los movimientos sociales, las cuales mantienen relaciones de cooperación y conflicto entre ellas, así como relaciones contenciosas con oponentes y autoridades. Esos vínculos se pueden analizar como redes a través de las cuales se intercambian y movilizan recursos de toda especie (materiales, culturales, discursivos, simbólicos) con los cuales se pagan los costos de la acción colectiva y se remontan los obstáculos que enfrenta. El nuevo paradigma estaba interesado no sólo en el surgimiento sino, sobre todo, en los procesos de cambio que los movimientos sociales desatan, en sus interacciones con oponentes, aliados y otros públicos.

Sobre la base propuesta por la teoría de la movilización de recursos se elaborarían otras teorías que ponían de relieve aspectos no considerados por ella: no se olvide que la de McCarthy y Zald (1977) lleva como subtítulo “A partial theory”. Entre ellas, la teoría del proceso político (McAdam, 1982; Tarrow, 1989; Tilly, 1978), la de las oportunidades políticas (Eisinger, 1973;  Tarrow,  1994)  y  la  teoría de los marcos de análisis (Snow y Benford, 1988; Snow y Benford, 1992; Snow et al., 1986), que buscaban comprender los procesos de construcción e interpretación social de la realidad, el enmarcado estratégico (Cadena-Roa, 2002), la performatividad (Cadena-Roa y Puga, 2021) y la creación de identidades (Hunt, Benford y Snow, 1994; Melucci, 1980).

IMPORTANCIA DE ESTA ANTOLOGÍA

La extensión de su obra, así como las dificultades para conseguir, incluso en su idioma original, algunos de sus libros más citados, hace que sea muy difícil incorporar a Charles Tilly en los programas de estudio de las disciplinas que se beneficiaron con sus contribuciones. No siempre es posible asignar la lectura de un libro importante que amerite ser leído palabra por palabra y discutido desde la perspectiva de diversos proyectos de investigación en curso, en seminarios que, en alrededor de 15 semanas, deben cubrir una gran cantidad de temas y llegar al estado actual del conocimiento y la investigación. Este punto de llegada es la de mayor importancia porque proporciona a las siguientes generaciones de investigadores las plataformas de partida de sus proyectos y les da la perspectiva aventajada que ofrece montarse sobre los hombros de los gigantes que nos antecedieron y que nos permiten ver más y más allá que ellos.

Por lo anterior, la traducción de esta antología de la obra de Charles Tilly, cuidadosamente seleccionada, editada e integrada por Ernesto Castañeda y Cathy Lisa Schneider, resulta una contribución muy bienvenida para las ciencias sociales hispanohablantes. Esta antología reúne algunos de los textos más representativos de la obra de Charles Tilly sobre seis de los temas que abordó a lo largo de su fructífera vida académica y sobre los que hizo contribuciones de importancia: revoluciones y cambio social, construcción del Estado, democracia, desigualdad duradera, violencia política, migración, raza y etnicidad, narrativas y explicaciones.

Aunque las ciencias sociales se han internacionalizado cada vez más y el inglés se ha convertido en su lingua franca, la traducción de una antología como ésta facilita el acceso a la obra de algún autor des- tacado a más personas interesadas en los temas que estudió, incluso a estudiantes en fases tempranas de su formación, cuando puede resultar abrumador iniciarse en el análisis científico de la convivencia social y leer textos especializados en otros idiomas. Esta antología facilitará el conocimiento y discusión de la obra de Tilly, despertará interés en ella, seguramente animará a algunos a buscar los textos completos en su idioma original y ayudará a difundir el conocimiento de una obra tan importante, influyente y abarcante.

Por eso, es de celebrar que el Consejo Editorial de Libros del IIS- UNAM aprobara la propuesta para traducir y publicar Collective Violence, Contentious Politics, and Social Change, como lo ha hecho antes con otras obras clásicas, muy citadas e influyentes, pero accesibles hasta entonces sólo en su idioma original como La injusticia: bases sociales de la obediencia y la rebelión (Moore Jr., 1989 [1978]) y Producción de la sociedad (Touraine, 1995 [1973]), por mencionar dos del campo de la Sociología política.

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[1] Investigador del Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades de la UNAM. Miembro de los seminarios académicos Perspectiva democrática y Movimientos e instituciones del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM

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