Frecuentemente los gobiernos se enfrentan al dilema de mejorar las condiciones de vida de los ciudadanos, sin vulnerar sus derechos y libertades; especialmente cuando se trata de una población rural o indígena ya que al priorizar el desarrollo económico se corre el riesgo de dañar la diversidad y riqueza cultural que lucha por mantenerse a pesar de todos los cambios vividos en el país.
El Dr. Andrea Bianchetto ‒profesor e investigador posdoctoral de la Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Xochimilco, se ha especializado en movimientos indígenas y campesinos del sur de México‒ ha centrado su investigación en los daños que comunidades rurales e indígenas de Oaxaca y Veracruz están sufriendo a raíz de la construcción del Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec y el establecimiento de diez Polos del Desarrollo para el Bienestar. El proyecto tiene como meta aumentar la exportación de mercancías hacia los EUA y China, mediante la reestructuración e industrialización del territorio rural de la zona. Estos proyectos afectan a las comunidades locales ya que implican un cambio negativo en su cultura y modo de vida.
Para entender la relación comunidades – gobierno y dar cuenta de los esfuerzos de resistencia, el Dr. Bianchetto compara el Plan Puebla Panamá (PPP) con el establecimiento de Zonas Económicas Especiales dando cuenta de la existencia de una fuerte oposición. Además, para persuadir a la población a aceptar el cambio, el gobierno ha adoptado una estrategia no confrontativa, que ha resultado muy eficiente para prevenir la resistencia, también han recurrido a la cooptación de líderes comunitarios, consultas a modo y programas de apoyo, para dividir y debilitar la capacidad de lucha de las comunidades.
A pesar de eso, el movimiento de oposición al proyecto ha aumentado desde que los pueblos han tomado conciencia de la estrategia del gobierno, prueba de esto es la confrontación directa que inició años atrás y que se mantiene hasta nuestros días desde que el gobierno le asignó el control de los territorios de por medio a la Marina. Otro ejemplo del movimiento es la Asamblea de Pueblos Indígenas del Istmo Oaxaqueño en Defensa de la Tierra y el Territorio la cual es una asociación que agrupa a todas las comunidades en contra del transístmico. Por último, el caso que mejor ejemplifica la resistencia es el de la comunidad de Puente Madera, donde han implementado juicios de amparo y desobediencia civil como herramientas de lucha; una lucha con “la ley y el machete”, como el Dr. Bianchetto le llama. Así, la defensa de su cultura y modos de vida se visibilizan cada vez más y adquieren fuerza en la lucha contra los megaproyectos que benefician principalmente al capital.
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